Categoria: Lecciones de vida
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El colaborador añade:
En lugar de esperar pasivamente a que la vida nos revele quiénes somos, debemos asumir un papel activo en la creación de nuestra propia identidad y destino. Cada elección que hacemos, cada experiencia que vivimos y cada desafío que enfrentamos contribuyen a moldear quiénes somos y quiénes queremos ser. Se trata de ser conscientes de nuestras fortalezas, valores y aspiraciones, y tomar decisiones que nos acerquen a la versión más auténtica y realizada de nosotros mismos.
El colaborador añade:
Es crucial aprender de nuestras experiencias pasadas y utilizarlas para crecer y mejorar, pero también es importante reconocer cuándo es hora de dejar ir y enfocarnos en el aquí y ahora. Al hacerlo, liberamos nuestra energía mental y emocional para invertirla en construir un presente más satisfactorio y construir un futuro más prometedor.
El colaborador añade:
Esta frase sugiere que en momentos de ira, nuestras emociones están menos inhibidas y somos más propensos a expresar lo que realmente pensamos y sentimos, sin filtros o consideraciones. En contraste, cuando estamos tranquilos, podríamos ser más propensos a reprimir nuestros verdaderos sentimientos o a considerar las consecuencias sociales de nuestras palabras, lo que podría llevarnos a ser menos sinceros.
Es importante tener en cuenta que la ira también puede distorsionar nuestro juicio y llevarnos a expresar cosas de manera exagerada o injusta, por lo que no siempre garantiza una mayor sinceridad. La clave está en aprender a manejar nuestras emociones para poder comunicarnos de manera efectiva y sincera en cualquier estado emocional.
El colaborador añade:
Las cosas no son blancas o negras, del mismo modo que en ti hay luz y también oscuridad. Y está bien así. Seguro que tienes presente ese mundo perfecto que te han vendido, ese de las películas, en que el bueno siempre es bueno hasta el cansancio y el malo es siempre malísimo (bueno, a veces se redime). Casi nos convencen, pero es una mentira como un templo. La realidad es otra, una con menos purpurina, arco iris y unicornios, pero mucho más verdadera y humana.